Hoy en día es difícil saber que tipo de alimentación es adecuada para nosotros.
Nos hablan de dieta mediterránea, integral, del vegetarianismo, de dietas bajas en grasa, sin sal, sin frutas, solo frutas, sin lácteos… Y en muchas ocasiones nos presentan estas dietas como la mejor y única buena.
La mayoría de nosotros vivimos en sociedades donde lo considerado “normal” dista mucho de ser sano y bueno.
La dieta de los países desarrollados ha cambiado mucho en las últimas generaciones.
Actualmente se come más carne, más lácteos, menos verdura y legumbres, se consumen aceites de peor calidad. También se consume mucho más azúcar refinado y dulces en general.
Tragamos, sin darnos cuenta, cantidades enormes de aditivos, conservantes, colorantes, y un sinfín de sustancias químicas que antes, simplemente, no existían.
A la hora de alimentarnos hemos de tener en cuenta una serie de factores que van a determinar que alimentos son los más saludables, los mas adecuados para nuestro bienestar cotidiano.
© Lugar donde vivimos.
© Estación del año.
© La edad.
© El sexo.
© El grupo sanguíneo.
© El tipo de vida que llevamos.
© Momentos especiales: embarazo, lactancia, operaciones, enfermedad, estrés, exámenes…
© Origen de los alimentos.
Hemos de darnos cuenta de que una alimentación sana, produce alegría pura en nuestras células.
Una persona alegre se comporta mas fácilmente desde su corazón, para su propio bien y el de los demás.
